AYER Y HOY: FOTOS PARA EL RECUERDO

Lo pasado ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es tuyo. ¡Llénalo de Eternidad!

 
Tres baluartes espirituales tiene España.
Si el Pilar de Zaragoza representa el exclusivo favor concedido por la Stma. Virgen a España para hacer perpetuamente fecunda la evangelización de Santiago y constituir el primer Templo del Orbe cristiano en honor a la Virgen; y la tumba del Apóstol en Compostela fue el foco irradiador de la Cristiandad en la Edad Media no solo en el solar Ibero, sino en todo el occidente de Europa, la Basílica Nacional de la Gran Promesa en Valladolid es el núcleo y centro de la difusión del Reinado de Cristo en España e Hispanoamérica.

Los tres templos fueron estrecha y oficialmente unidos el 24 de Enero de 1949 por sus respectivos Prelados al inaugurar, en el Templo de la Gran Promesa, el Altar de la aparición de Nuestra Sra. del Pilar al Apóstol Santiago. 



Olvidada la excepcional Promesa, vino el arzobispo Gandásegui a avivar con el soplo de su celo la antorcha que amenazaba extinguirse. El 24 de Junio de 1923 inaugura la imagen que corona la torre de la catedral y consagra la diócesis al Corazón de Jesús.  


Cuando España sufría una gran persecución contra la Iglesia, Gandásegui concibió la idea de convertir la iglesia de las apariciones, utilizada como parroquia de San Esteban, em un "Templo Expiatorio Nacional del Sagrado Corazón" con anhelo de acudir a él como tabla de salvación y extender su reinado. La aprobación fue concedida por el Papa Pío XI en 1933.
Él murió en 1937 sin ver realizada su empresa espiritual cuando ya había encargado la obra artística para su embellecimiento.


¡Cuántas gracias descendieron del Cielo sobre las peregrinaciones que ansiosas de paz, se acercaban en oleadas para ofrecer al Señor un trono en lo más íntimo de su alma, cuando fuera se le echaba de todo lugar! Miles de personas han desfilado por este santo lugar con espíritu de verdaderos penitentes para orar.


Su sucesor, D. Antonio García y García, toma la antorcga encendida en sus manos y tiene la satisfacción de consagrarlo como Templo Expiatorio con el nombre de "Santuario Nacional de la Gran Promesa" el 15 de junio de 1941. El Papa Pío XII le expresa su gozo por esta inauguración llamando a Valladolid "foco de luz y amor del Corazón del Rey divino". 


Se proyecta un magnífico complejo de irradiación de expiritualidad corazonista que denominan: Alcázar de Cristo Rey y Monumento Hipánico a los Sagrados Corazones de Jesús y María. Quiere que sea "un centro vitalísimo con dos fuerzas potentísimas, una atractiva (peregrinaciones) y otra irradiadora (de divulgación de su espiritualidad), que íntimamente combinadas, aceleren e intensifiquen su Reinado verdadero y completo". "La perla del Santuario", como la llamaba, quedaría encerrada en "la Concha del Monumento Hispánico".
Se colocó su primera piedra el 24 de junio de 1948, aniversario de la entronización del Sagrado Corazón de Jesús en la catedral. Ese día se aunaron lo local, con lo nacional y lo internacional... Valladolid y de Castilla, de España y de toda la ancha y ecuménica Hispanidad en anhelos UNIVERSALES. 



Con José García Goldaráz, sucesor de D. Antonio García y García en 1953, se inicia otra etapa. La evolución política en España y los movimientos pre y postconcilares traen profundos cambios en la Iglesia que afectan a la Obra Monumental del Santuario.Es entonces que recibe el título de Basílica Menor concedido por el Papa Pablo VI el 12 de Mayo de 1964. De está manera extrecha lazos con las Basílicas Papales Mayores de Roma y con la Cátedra de San Pedro.

En 1973 se constituye la Fundación civil Emilio Álvarez con un fin social en la extensión de su Reinado; y en 1994, con el arzobispo José Delicado Baeza, se inaugura el Centro Diocesano de Espiritualidad del Corazón de Jesús, que impulsa una intensa actividad espiritual donde vivió el P. Hoyos, el venerable P. Luis de la Puente e ilustres PP. de gran heroicidad y virtud. Esto corresponde al proyecto original, ofrecer un espacio para retiros espirituales, hospedería de peregrinos, asambleas y congresos... todo al servicio de "la perla" que es el Santuario. 


Con la beatificación del P. Hoyos se ha recuperado cierta conciencia de lo que tenemos, pero no la suficiente. "La perla" (Mt 13, 45) sigue escondida de muchos. Quiera Dios descubrírsela a muchos corazones por "el gran valor" que tiene y lo que significa, esperando que el Prelado, sacerdotes y fieles estemos a la altura de este depósito inmenso que se nos ha dado.

  
"He venido a prender fuego a la tierra, ¡ y cuánto deseo que esté ya ardiendo!" (Lc 12, 49)



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